Señor, no quiero perder lo que tienes para mi vida por no vivir de acuerdo a tus caminos. Habla a mi corazón en cuanto a los planes que tengo para mi vida que están haciendo que no logre completamente los planes que tienes para mí. No quiero asumir que estoy haciendo todas las cosas bien. No quiero vivir sin preguntarte cómo quieres que viva
Hoy deberíamos dirigir nuestros pensamientos y oraciones hacia él. Céntrate en un himno o un cántico de alabanza y hazlo sonar en tu mente. La alabanza ahuyenta todo estancamiento y dibuja una sonrisa en nuestros labios. Podemos agradecer al Dador de todo lo bueno con un espíritu renovado de optimismo. La gratitud al Padre puede convertir nuestras sonrisas de plástico en otras verdaderas, y, como afirma el salmo, nuestras almas serán restauradas.
Usamos cookies para asegurar que te damos la mejor experiencia en nuestra web. Si continúas usando este sitio, asumiremos que estás de acuerdo con ello.Aceptar